Nociones previas de Lexicología

Los helenismos son palabras tomadas del griego antiguo, préstamos léxicos que, por estar escritos originariamente en otro alfabeto, han requerido un previo trasvase gráfico al alfabeto castellano.
Atendiendo a su vía de entrada, el principal intermediario entre el griego y el castellano ha sido el latín, siendo por vía escrita la manera en que la mayoría de los helenismos penetraron a esta lengua, salvo unos pocos que penetraron por vía oral en época muy temprana. También tenemos helenismos llegados a través del árabe y a través de otras lenguas romances, como el francés y el italiano y, desde los los últimos tiempos, a través del inglés.
Para la lengua castellana la influencia del latín es tan considerable en la adaptación de los helenismos a nuestro sistema gráfico y fonético que, incluso para los adoptados desde otras lenguas modernas, se procedió en muchos casos, y se procede, como si fueran términos recibidos desde el propio latín.
Por su forma fonética, del conjunto de vocablos castellanos procedentes del griego, un grupo muy reducido pertenece a la categoría de palabras patrimoniales o populares, es decir, que han ido transformándose fonéticamente a lo largo de los siglos junto con el resto de palabras heredadas del latín vulgar. Otro grupo está formado por semicultismos, palabras que desde su incorporación, la mayor parte en la Edad Media, han sufrido algunos de los cambios fonéticos propios del romance español.
Sin embargo, la mayoría de los helenismos españoles son cultismos, es decir, vocablos griegos incorporados al castellano por vía escrita en diversos momentos de la historia, sin apenas sufrir ninguna de las alteraciones fonéticas propias del léxico común.
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San Isidoro. Biblioteca Nacional, Madrid. Ateniéndonos a los cultismos, según su proceso de adopción, unos términos son palabras adoptadas de la lengua griega tal como ya eran en aquella lengua, otros son neologismos, o creaciones nuevas a partir de raíces y morfemas griegos.
Según el momento histórico en que se produjo la entrada de los términos, se habla de helenismos tempranos en latín de época preliteraria (entre VIII y III aC), helenismos que penetran por vía escrita en el latín en época republicana e imperal, helenismos de época medieval y renacentista(a través del latín, del árabe, bizantinismos, italianismos y galicismos) y, finalmente, helenismos de época moderna y contemporánea.
Atendiendo al tipo de categorías gramaticales adoptadas, el sustantivo, el adjetivo y el verbo, siguiendo este orden en importancia, son las categorías más recurrentes en los helenismos.
Finalmente, considerando aspectos morfológicos y de creación de palabras, en castellano tenemos prefijos (de origen preposicional casi todos) y sufijos griegos, que han sido muy productivos para la formación de palabras por derivación.
Del mismo modo, constituye un grupo enormemente importante el formado por un tipo de compuestos cuyos formantes proceden de raíces sustantivas, adjetivas o verbales griegas.

La homonimia es el fenómeno gramatical por el cual se produce una coincidencia gráfica y fónica entre palabras distintas. Nos encontramos, pues, con palabras que presentan significados que no tienen ninguna relación ente sí, pues responden a orígenes diferentes, y es el contexto quien normalmente resuelve la ambigüedad.
Debido a las reglas de transcripción del griego al castellano que se aplican en los helenismos cuando son trasladados a los sistemas gráfico, fonético y morfológico de esta lengua, no es poco frecuente que se produzcan casos de convergencia gráfica y fónica de lexemas griegos totalmente distintos, tanto en palabras simples como en compuestos.
En el caso de la homonimia en helenismos compuestos, lo más habitual es que se produzca en uno de los dos formantes de la palabra, aunque también hay algunos casos de homonimia total.
Esta homonimia, la de los helenismos compuestos del castellano, resulta difícil de resolver por dos motivos fundamentales: porque la mayoría de términos son tecnicismos y, por tanto poco frecuentes y poco conocidos, y porque los formantes del término no tienen existencia plena fuera del mismo, por lo que no nos resultan familiares.

Biblioteca San Miguel de los Reyes, Valencia
Los tecnicismos son vocablos que forman parte de la terminología específica de una ciencia, técnica o profesión, que se diferencian de las palabras de la lengua común por su monosemia, ausencia de sinonimia, neutralidad, no ambigüedad y universalidad, con las que se consigue la objetividad, el rigor y la precisión que requiere el lenguaje de las ciencias y de la técnica.
Los mecanismos a los que recurre la lengua para la conformación de las terminologías de las diversas disciplinas de la ciencia y de la técnica son la adopción y la creación:
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con la adopción se incorporan a una determinada terminología palabras ya existentes en otras lenguas, en otras ramas del saber o, incluso, en la lengua general, en cambio con la creación, la lengua recurre a un proceso de formación ex professo generando una palabra nueva, inexistente hasta ese momento.Para la formación de palabras nuevas, la lengua se sirve de mecanismos morfológicos como la sufijación, la prefijación y la composición.
La composición, o unión de dos raíces para formar una nueva palabra mediante étimos clásicos (principalmente griegos), y los problemas de homonimia que en ella pueden producirse, especialmente en tecnicismos, constituyen el objeto de estudio primordial del presente trabajo.
Los étimos griegos que aparecen en los compuestos carecen de existencia independiente y, aunque son muy recurrentes tanto en posición inicial o final de palabra, resulta necesario su conocimiento previo para poder ser identificados en las formas compuestas.
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